2/08/2011
Rick Lipsett
Cuando una persona es apasionada hacia algo, no importa las trabas que encuentre de frente, busca la manera de lograr lo que su corazón, alma y espíritu le pide. Sea cortejear una dama (qué lindo suena eso), romper el récord de cuantos burritos de refrito se puede comer en 5 minutos (pobre del que duerma con el) o cuantas repeticiones puede hacer de levantar 500 libras.
En el arte, todo es válido. La imaginación es el límite, así que por eso vemos obras de arte magistrales que no tuvieron presencia de un pincel, gubia, lata de aerosol o cualquier otro material de arte. Me viene a la mente las instalaciones geniales de Pepón Osorio. Este caballero utiliza elementos cotidianos que bien pudieron haber sido encontrados y monta una escena repleta de simbolismos y mensaje cultural.
Un muchacho con un zapato realengo, griffin, pal de tachuelas y papel de periódico puede, en efecto, convertirse en el próximo Tufiño, Campeche o Roche. Así que lo que hace falta son meterle ánimos y ganas a lo que nos apasiona.
Así que la próxima vez escuches de algún artista que no crea arte porque no tiene con qué, abra su mano y mientras golpea la parte trasera de su cabeza, diga "Mere pesca'o"
Solo falta perseverancia y pasión.
Imagen del artículo: detalle de "En la Baberbería no se llora"(1994) de Pepón Osorio, sacada de Ethnic Roots and Urban Arts
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