20 julio 2009

Un Domingo en Arte

Ayer tuve la oportunidad de visitar el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR). De entrada, como de costumbre, nos recibieron (a mi hija y a mí) con una gentil sonrisa y saludo cordial de parte de la anfitriona. Antes de decirle a lo que venía, nos invitó a pasar por el Teatro Raúl Juliá, donde ya había comenzado "Divercine". Agarré a mi princesita y corrimos hasta allá. Wow. Cortometrajes de ensueño, es el nombre que le hubiese dado yo. El ambiente estaba perfumado de paz. Casi todas las sillas estaban ocupadas por caras de niños, niñas y padres (y madres) felices. Mi hija sonrió y sin darme cuenta, yo también. La experiencia fue muy grata. Al finalizar, por fin compramos mi taquilla de entrada (mi hija no paga, por ahora) y nos aventuramos a ir a la Galería activARTE, donde pude experimentar a mi hija junto con otros niños creando.

Luego de un rato dedicado a ella, me tocó a mí deleitarme con la colección del Museo. Hacía varios años que no visitaba, así que sentí como si fuese la primera vez (no puedo evitar pensar mal cuando digo eso). Carlos Dávila, Tefo, Charles Juhasz y Pepón Osorio captaron, nuevamente mi atención. Pepón, especialmente capto la de mi compañerita. Después de todo el recorrido, entramos a la Galería RJ Reynolds, donde actualmente se exhibe "La Línea de Mi Pensamiento" de Melquíades Rosario, curada por Juan Carlos López Quintero. Este caballero de renombre en el Arte, manipuló unos objetos inánimos construídos para el placer de personas entre las edades de 3 a 14 (en otras palabra, juguetes) y sacó piezas de arte con ellos. Les ató lápices y otros materiales de arte a sus apéndices, ruedas, etc... luego los controló y creó. Luego de apreciar, observar y mantener a mi hija fuera del área donde yacían los juguetes, pensé: WOW el MAPR es de mente abierta. Pensé también como muchos verían esta muestra y seguirían caminando. Cuestionarían si esto es verdaderamente arte, si debemos darle mérito al artista o a los juguetes. En Fin, recordé aquella anécdota del pasado de las artes, donde no permitieron exponer una fuente masculina (también conocida como un urinal).

Satisfecho con la mentalidad del Museo, comencé a hacer esquemas en mi mente donde unos humildes artistas digitales mostraban sus esfuerzos en esa misma sala...

Salimos al jardín para admirar la belleza de la naturaleza y por poco tengo que amarrar a mi hija, porque se emocionó grandemente con los árboles/peces/flores/esculturas.

En Fin, fue un domingo para recordar. El arte siempre me conecta con mi paz interior, y esta vez no fue la exepción.
Como nota adicional, Rabindranat Díaz-Cardona (de San Sebastián) hizo esta pieza llamada "René" en el 2006. ¿A quién se les parece? Sí, estamos aún en el Museo de Arte de Puerto Rico. Me cae bien ese Rabindranat.

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