Los viajes largos, por lo regular, son algo incómodos. Aunque me encanta darme el paseo por la isla y visitar pueblos que nunca antes había visitado, el camino siempre me deja la espalda rajá en dos. Es el precio que pago por enriquecerme de lo que nuestra cultura ofrece. Es poco común encontrar algo que me quite ese problema de vértebras fracturadas o raya borrá, en el camino. El Café Don Pello, me arregló ese dilema.
Este pasado sábado visité el Museo del Café en Ciales. Si me conoces, sabes que soy amante de el Elixir de la Vida o Jugo Negro, como le digo de cariño a ese pedacito de cielo que hace mis mañanas y tardes más placenteras. Este amor, me ha obligado a hacer entradas en el blog, e inspirado a otros a ponerme sobrenombres como Kunta Kinte o Kukuyé, el esclavo. El Café Don Pello y El Café Cialitos, fueron dos bebidas que exaltaron mi estátus de esclavo a uno de dios. Por lo menos en mi mente fantástica.
Me dió la bienvenida Pichi, heredero y dueño del legado del Café de Ciales. Me saludó como ese vecino que te vió crecer, el cual te jalaba las orejas cuando le pisoteabas las matas del patio, pero aún así te regalaba juguetes en Navidad. Su esposa me sirvió un cafecito de bienvenida y me sentí como cuando mi mamá me sirve una tacita del jugo caliente negro con sabor a mi Puerto Rico. De inmediato, me dieron la vueltita por su homenaje a ese líquido negro y la trayectoria en nuestra Historia.
"¿Has escuchado que el Café de Puerto Rico es el que toma el Papa?" me dijo Pichi, "Pues nosotros somos los únicos que tenemos facturas del Vaticano para comprobarlo." Debió de notar mi cara de teléfono ocupado pues añadió: "El que diga que su café es el que el Papa bebe, miente". Después de acabar mi taza de café, supe que en el Vaticano lo que querían era saborearse el Cielo antes de llegar a el. Demás está decir que, luego de pedirle la evidencia, anal que soy, vi que la factura corroboraba su argumento.
La familia Maldonado, junto con sus cafés llevan una historia abundante. Por generaciones (desde 1933) han suplido su Elixir de la Vida a diferentes partes del mundo. Hoy día, se comienzan a levantar a la gloria de antes, gracias a el interés que la población a re-descubierto en los "coffee houses". (Y al desempleo que el gobierno ha obligado a sus empleados públicos, ya que Pichi era empleado público.)
"Nosotros tenemos un producto de calidad e historia que es café de verdad, contrario a lo que sirven en lugares populares, donde el café es de menor categoría y lo venden a un precio por encima." Pichi, está en camino a lograr que los amantes del café, se den cuenta que aquí tenemos uno de los más sabrosos cafés. "No podemos decir que es el mejor del mundo, pues depende del sabor que busques. Si quieres un sabor como a chocolate, debes comprar un café de América del Sur, pero si es por su aroma, el café de Puertorro es el mejor."
Si lo que buscas es salirte de la rutina, y hacer turismo interno, debes pasarte por el Museo del Café en Ciales. LLegarás como cliente y saldrás como amigo. El aroma y sabor de seguro te agarrará y no querrás irte. Por suerte ellos venden sus productos allí, así que te podrás llevar a tu casa, ese Cialito.
Aquí más fotos de lo que ví en el museo.
Rick Lipsett es fundador y artista de UNDOdigital; colectivo/comunidad de Artistas Digitales Puertorriqueños. Fanático de blogs, redes sociales y Robert Langdon. Encuéntralo en Twitter como: @ricklipsett .