24 mayo 2011

Más que una Curita


Por: Melissa Frontera Santiago para UNDOdigital.
Hace unas noches estaba paseando por Internet y me encontré con este mural de Herakut:


“Art doesn’t help people”
Inmediatamente reaccioné (eso es lo que se supone que uno haga, ¿verdad?). ¿El arte ayuda o no ayuda? ¿Lo tomo literal o no? ¿Creo que estoy haciendo la gran aportación a la sociedad por que hago arte o sólo estoy poniendo una curita o adornando un yeso?

Luego leí las letras pequeñas: “people help people”. OK, estoy de acuerdo que la gente es quien ayuda, pero ¡que mucho ayuda la gente que hace arte!

¡Qué hubiera sido de la historia de la humanidad sin esos dibujos en las cavernas, que aparecieron incluso antes de la escritura!
El arte no sólo marca procesos históricos, temporadas y estilos.  Se ha convertido en aliado de la conducta humana y cada vez se le da mayor valor al arte como estrategia sanadora, no de heridas física si no emocionales y sociales.
¿Cómo sana el arte?
Cuando entendemos que el proceso de crear algo es igualmente importante que el resultado de ese esfuerzo. El tiempo que invertimos pensando, soñando y boceteando, activa nuestro cerebro y lo prepara para identificar una meta y trabajar para lograrla. Una vez elegimos que medio vamos a utilizar y comenzamos a trabajar entramos en un estado de satisfacción y concentración donde estamos pasando trabajo… pero no se siente como trabajo. Cuando nuestro cerebro se ocupa con una tarea de esta naturaleza, nuestras emociones están más accesibles y un buen profesional de la conducta humana, como un terapista del arte, puede aprovechar el momento para trabajar con ellas.

Estos profesionales,  además de ser artistas, son especialistas en conducta humana y utilizan el arte como estrategia de intervención, logrando grandes beneficios en poblaciones de personas maltratadas, pacientes de salud mental, personas con necesidades especiales, personas sin hogar, adictos, entre muchos otros.

He tenido la oportunidad de ver este tipo de intervención con personas sin hogar y adictos y les aseguro, que el arte sí los ayudó. Devolvió sonrisas, mejoró conductas, manejó emociones, frustraciones y sentimientos  y para completar la ayuda, se subastaron las piezas logrando otro tipo de aportación.

En el caso de proceso de prevención y no de rehabilitación, también se ha tenido excelente aportación donde se preparan a los niños y los jóvenes a llevar un mensaje, a identificar una meta, a desarrollar disciplina y a canalizar sus emociones.

A nivel comunitario, también el arte ha jugado un rol transformador. Desde el mural que se hace en el barrio en honor al que murió para honrar su vida hasta la comunidad que se une para embellecer su entorno. Cualquiera que sea el caso, utilizar el arte como estrategia los “empodera” ("empowerment"), los ayuda a comunicar, a sanar, a protestar y a agradecer. Chequéense como se iniciaron y evolucionaron los proyectos de JR. Y no nos vayamos lejos, ¡aquí en Puerto Rico hay muchos!

El arte sí ayuda, y la gente que hace arte ¡ayuda aún más!



Melissa Frontera Santiago
Ha participado en exposiciones colectivas, estudiantiles en Estados Unidos y
Puerto Rico; y varios eventos musicales donde interpreta, por medio de la
pintura, el mensaje musical y el ambiente del lugar. Actualmente, combina
sus tareas como Trabajadora Social de la Alianza para un Puerto Rico
sin Drogas
.

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