18 febrero 2011

Alojado en Caguas con los Desalojados




Llegué al Nuevo País luego del almuerzo y junto con mi hija, decidí entrar en un mundo donde el tiempo no corre, las preocupaciones no pesan y la amabilidad siempre dice presente.

Luis y Zinthia nos recibieron en el Museo de Arte de Caguas, otra vez. Me había perdido la apertura de los Desalojados, pero sentía curiosidad por ver lo que Quintín Rivera y Elsa Meléndez habían juntado en la muestra. Como es ya costumbre  la hospitalidad de estos Criollos es cosa de envidia para otros pueblos. Me acordé de esto justo cuando entramos al Museo.





Luis me llevó hasta la sala donde podíamos comenzar nuestra aventura del día, y me ofreció quedarse y darme "tour" como Dios manda. Le agradecí, pero me gusta analizar lo que veo por mí solo. Además de que esta era otra lección en la cultura para mi hija. Me gusta ser el maestro de eso para ella. Entre el vídeo de la muchacha aplicándose maquillaje de Ida Joglar, la Guardería de Natalia Domínguez, el Cuernudo de Johnathan Torres y las Hostias de Normán Vila, tuve mucho para apreciar y complejas nociones para explicar. Habíamos empezado bien.




El segundo piso, nos dió la bienvenida con un vídeo arte de Natalia Domínguez que presentaba lo pesada que puede ser una Nube Negra.


Al entrar a la segunda sala (Donde estuvo un tiempo la exposición No Fue un Mal Entendido vimos piezas que dejaban correr la imaginación y permitía probar  el autocontrol que se tiene para no tocar todo lo que se ve y poner a funcionar cosas. No tiré la bola de boliche contra el espejo. No toqué la pintura tridimensional que parecía pasas y cranberries arrugados. Tampoco pise (mucho) el pedal de las máquinas de cocer que invitaban a re-crecear los atuendos colgados desvistiendo un santo para vestir otro.


Vi a un Puerto Rico que está hecho de basura y el highlight: una animación interactiva de Ida Joglar, que me hizo recordar aquella vez en que precencié un disturbio en la fuerza. Grité hasta más no poder. Tenía que hacerlo. Los empleados entraron a la sala, mientras mi hija reía a carcajadas al ver al muñequito de plasticina en el televisor responder a mis gritos abriendo su bocota y extendiendo sus manos. "Estoy enseñándole cómo funciona esto" fue lo único que pude decir. Se rieron y se fueron contentos.

La muestra es digna de museo. Algo lo cual creo que es muy importante como primera premisa que una exposición debe sobrepasar. Elsa me sorprendió  otra vez con su trabajo de Curadora. Y me quité el sombrero ante Quintín, por haberle dado la oportunidad a todos estos artistas que crearan en Area y ahora me deleitaron aquí. Un colectivo que debería participar de exposiciones en conjunto más a menudo.


Al terminar, y justo cuando me despedía, Luis me preguntó: "¿Rompiste el espejo?" Mi hija y yo nos miramos. "¿Se podía romper?!" le dije incrédulo. "Para eso es" me contestó. "Tenemos reemplazos almacenados para cada vez que alguien tire la bola de boliche". Mi hija y yo nos miramos otra vez. Le quité diez puntos a Luis por no haberme dicho que podía traer muerte y destrucción a un trozo de cristal que de seguro, al chocar con aquella bola de boliche, haría un estruendo espectacular digno de anotarlo en el libro de recuerdos de mi familia.

Nos fuimos tristes. Tendremos que regresar mañana.

Aquí otras fotos:


















Rick Lipsett es fundador y artista de UNDOdigital;
colectivo/comunidad de Artistas Digitales
Puertorriqueños. Fanático de blogs, redes sociales
Del Eses. Encuéntralo en Twitter como: @ricklipsett.

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Blogger Templates